31 ago 2009

Día de.

No sé como a nadie se le ha ocurrido la idea de editar un calendario con el "día de".
Es raro el día que me levanto y, mientras me ducho en los medios, no descubro que hoy es un día de algo. El día sin tabaco, el de sin coche, el contra el cáncer y los de contra cada enfermedad, el del padre, el de la madre, el del niño, el de cada adversidad, el de etcétera. Visto lo visto, se me antoja que aquello que no tenga su jornada dedicada, corre el riesgo de dejar de existir. Como no sé si habrá días para recordar tantas cosas entre el denso santoral estaría bien adjudicar un buen puñado de horas a beber vino, que falta hace, mientras celebramos.

Como hoy es el día internacional del blog tengo un motivo más para escribir y agradecer a la internet el incentivo que ha supuesto para recuperar la enriquecedora costumbre de escribir. Con estilo o sin estilo, en un idioma o en otro, con faltas de ortografía o con distintos signos. De cualquier manera y en cualquier lenguaje, sólo con un emisor y un receptor, la comunicación está servida.

Pero no todo es internet. Esta mañana, mientras paseaba al trabajo para envidia de tantos, me contaba un amigo que iba a tomar muestras a la viña para ver cuando empezaban a vendimiar, que había visto moscateles casi pasificados, que la hoja estaba lacia y que a la viña le faltaba agua. También soñaba con la libertad de riego y la utilización del agua con criterios razonables en el cultivo de la vid. De las especulaciones sobre rentabilidad de producción y del mercado del vino, mejor ni hablar, ha dicho.
Así, el primer intercambio del día a versado sobre vino, hoy no me he encontrado con el cartero que todavía suele traer extractos bancarios y al que siempre le solicito alguna carta perfumada a mi nombre pero que nunca encuentra.

En el trabajo, impuestos, comisiones bancarias, cobros, pagos y un proveedor de artículos de regalo que observaba como habían incrementado sutancialmente sus ventas de vinomanía, como el llama a todo tipo de accesorios, cosméticos, adornos, etcétera, relacionados con el vino, frente a la caída en la sección de artículos que directamente apoyan la venta de vino y que compran las bodegas. Un incremento del 16% para la venta al turismo y una regresión del 30% para la venta a bodega, decía.

Hoy ha sido un día casi normal, mucho he escuchado, hablado, leído y ahora escrito sobre vino pero ni he descorchado ni he visto descorchar una sóla botella.

1 ago 2009

El vino escondido.

Detalle de Résidence Hélianthe
Muchas veces en las pequeñas anécdotas o en simples gestos podemos encontrar una gran base de razonamiento.
Con más ánimo expositivo que de exhortación se me antoja enlazar otro acontecimiento reciente a cuento de esa injusta posición en la que creo se encuentra el vino.

Si el otro día se proponía el destierro de un apetitoso vino joven de un menú, argumentado por el loable interés de añadir un valor a la comida, hoy , una vez más es en el portafolio, en lujoso catálogo, el que delata la existencia del básico.
Considerando la posible existencia de sofisticados tecnicismos comerciales tipo "cobrar palet y si te he visto no me acuerdo" o ese tan extendido en estos territorios de "ábreme la puerta y te vas", este otro, a simple vista incomprensible, me tiene bastante intrigado.

Comercial con estuche y tarjeta de lujo se presenta impecable con tres muestras de vino de las cuatro que anuncia su ostentoso catálogo.
- Pruébalos y en confianza, que la hay, me dices que te parecen.
- ¿Y el joven? Le respondo mientras me sorprendo por su gesto de sorpresa.
Con un "es que es caro" se disculpó y prometió compartir una botella.
Comprendido: El más barato de la tarifa resulta el caro. Como si el contacto de cualquier vino con la madera supusiera un valor añadido.

Puede que el vino no guste tanto como cuando se sentenciaba aquello de "el pan variado y el vino acostumbrado". O quizás resulte un grave error pretender que a todo dios le guste el vino, los mismos vinos o parecidos. Las mismas cepas, idénticos tostados, similares técnicas, etc. contribuyen a formar un concepto global del vino que se opone totalmente a la esencia de diversidad que me sugiere el vino.